Videoblog de Eland Vera

Tuesday, November 02, 2010

La Vigilia de Augusto Tamayo: otra vez el desencuentro


La Vigilia de Augusto Tamayo San Román es una cinta que me ha dejado decepcionado y a la vez preocupado. Antes, Una sombra al frente ya me parecía una película por debajo de El bien esquivo (tal vez su mejor película, que incluso fue prenominada al Oscar). Como que pasan los años y Tamayo decae.
La Vigilia es una historia que pudiendo lograr un encuentro-descubrimiento fabuloso entre un maduro profesor de filosofía y una joven marginal, sencillamente se autodestruye en una mirada masculina-criolla. Pudiendo sugerir el Perú que llevamos dentro, se encierra en el viejo problema del país: dar la espalda al marginal y su potente mundo de vida.
En La Vigilia de Tamayo una vez más comprobamos el "impase" nacional, el carácter "bloqueado" de nuestra constitución como comunidad de todos. Entre la "vida buena" del hombre criollo y la "vida oscura" de la mujer mestiza, Tamayo plantea con claridad su visión del país. Atestiguamos la belleza aristocrática y refinada del mundo del profesor universitario frente a la sucia bravura marginal y violenta de una mujer joven y "de abajo".
Tamayo pudo ir a la búsqueda de la belleza y grandeza vital de los "de abajo"; pero se quedó "arriba". Le faltó Perú, se quedó corto, no pudo ir al encuentro de ese fabuloso mundo de significaciones y sensibilidad del que están hechos los peruanos "marginales y violentos".
Atrincherado en la posición edulcorada y simplona de un peruano "cool", Tamayo me recordó a Mariátegui, Arguedas y Vallejo, juntos. Tamayo, fatalmente, hizo una película para los limeños, para su entorno, para sus alumnos de la U. de Lima. Bien por ellos, fatalmente.

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